La emblemática Giralda de Sevilla es el alminar de la mezquita mayor de Sevilla, la obra almohade de mayor enjundia de Al-Andalus. Fue iniciado en 1184 tras su encargo a Ben Baso y la terminó Alí de Gamara en 1198.
Este importante edificio musulmán fue destruido para construir la catedral cristiana de estilo gótico, respetando únicamente dos elementos musulmanes: la citada giralda, reconvertida en campanario cristiano y el Patio de los Naranjos.
El último cuerpo de La Giralda fue sustituido en el siglo XVI por Hernán Ruiz mediante un remate renacentista sobre el que gira el "giraldillo" que da nombre a tan afamada torre.
La decoración exterior se basa en ajimeces, bien con arcos de herradura semicirculares o polilobulados, rodeados por alfiz y acogidos por otro gran arco lobulado apuntado. En las calles laterales hay arcos murales y se extienden paños de "sebka" o red de una especie de rombos entrecruzados de formas redondeadas.
No sólo la gran altura de este alminar hace destacar a la Giralda entre todas las norteafricanas, sino su decoración en franjas o calles verticales le confiere una airosidad especial.
El esfuerzo de ascender por el interior de esta torre hasta el cuerpo de campanas da oportunidad de poder observar a poca distancia los magníficos trabajos de sus ventanales, además de aprovechar a presenciar la complicada estructura exterior de la catedral gótica sevillana.
Este importante edificio musulmán fue destruido para construir la catedral cristiana de estilo gótico, respetando únicamente dos elementos musulmanes: la citada giralda, reconvertida en campanario cristiano y el Patio de los Naranjos.
El último cuerpo de La Giralda fue sustituido en el siglo XVI por Hernán Ruiz mediante un remate renacentista sobre el que gira el "giraldillo" que da nombre a tan afamada torre.
La decoración exterior se basa en ajimeces, bien con arcos de herradura semicirculares o polilobulados, rodeados por alfiz y acogidos por otro gran arco lobulado apuntado. En las calles laterales hay arcos murales y se extienden paños de "sebka" o red de una especie de rombos entrecruzados de formas redondeadas.
No sólo la gran altura de este alminar hace destacar a la Giralda entre todas las norteafricanas, sino su decoración en franjas o calles verticales le confiere una airosidad especial.
El esfuerzo de ascender por el interior de esta torre hasta el cuerpo de campanas da oportunidad de poder observar a poca distancia los magníficos trabajos de sus ventanales, además de aprovechar a presenciar la complicada estructura exterior de la catedral gótica sevillana.
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